¿En qué consiste la vida? ¿En tener que desarrollar habilidades para sortear obstáculos o en tener que acumular conocimientos para desentrañar sus misterios? Pareciera ser que sólo el conocimiento y la habilidad no son «suficientes» para triunfar en la vida.
Es que la vida requiere también de «ACTITUD» para vivirla. Podríamos definir actitud como un sentimiento interior que se expresa en nuestro comportamiento. Es decir que la manera en que nos observamos a nosotros mismos como personas, se extiende a la manera en como actuamos.
Nuestra ACTITUD determina nuestro enfoque hacia la vida y lo que esperamos de ella. Es como un avión: si nuestra natiz apunta para arriba, es que estamos despegando o levantando vuelo; si nuestra nariz apunta hacia abajo, podríamos estar en camino hacia una catástrofe personal.
Luego que un anciano jardinero metiera su mano en la tierra para colocar una plantita, se rascó la nariz porque le picaba, quedándole en su bigote sin darse cuenta un poco de «caca de perro».
Al darse cuenta que algo «olía mal», exclamó: ¡Este jardín apesta! Al terminar su trabajo y entrar a la casa para recibir el pago, percibió el mismo mal olor, por lo que pensó: ¡Esta casa apesta! Ya de camino a su casa, intentando respirar aire puro, percibió nuevamente el mismo mal olor, por lo cual expresó: ¡El mundo apesta!
La actitud es el aroma de tu corazón; si tu actitud apesta, tu corazón no está bien.
¿Cómo está tu actitud hoy?
¡Abrazos al corazón!
Alex Vales