A diario escuchamos escandalosas declaraciones sobre el accionar de personas que ocupan altos mandos en organizaciones públicas, privadas, religiosas, gobiernos, etc. Elecciones fraudulentas , enriquecimiento ilícito, malversación de fondos, abuso de poder, escándalos sexuales y todo tipo de conductas indeseables que malogran la tarea de dirigir a otros. ¿A que se debe esto?
Nos preguntamos ¿Quién es apto para dirigir un País? ¿y para dirigir una organización? ¿y para dirigir una familia?
¿Qué necesitamos para dirigir a otros?
Antes de hablar sobre el acto de dirigir, será conveniente distinguir la personalidad de quien dirige, pues «el que quiera dirigir deberá saber dirigirse en primer lugar a sí mismo». Esto implica que debemos aprender a conducirnos rectamente reconociendo primero nuestras propias carencias y necesidades que surgen en nuestro interior y las pasiones y adicciones a las que estamos inclinados. Antiguamente se llamaba a esto la «LUCHA CON LAS PASIONES».
De modo que las DOS tareas primordiales de un líder o dirigente debieran ser:
1- AUTOCONOCIMIENTO
2- AUTOFORMACIÓN
El AUTOCONOCIMIENTO y la FORMACIÓN DE SÍ MISMO para lograr el AUTODOMINIO o DOMINIO DE SÍ MISMO. En el caso que no sea así, tenderá a mezclar constantemente su tarea de dirección con sus necesidades no elaboradas y pasiones reprimidas.
Por más aptos y competentes que seamos en la tarea de dirigir, si no logramos el equilibrio personal y autodominio necesarios, a mediano y largo plazo caeremos en todo tipo de faltas que afectarán negativamente la motivación de nuestros colaboradores.
Toda necesidad o pasión no elaborada por parte del dirigente, será proyectada sobre sus dirigidos, originando una «mezcla emocional negativa» que amenazará con destruir las relaciones y por lo tanto la coordinación efectiva de acciones.
Sobran ejemplos en nuestras organizaciones de todo tipo de conductas derivadas de esta falta de preparación interior: subidas de tono, insultos, envidia, rivalidades, enojos, miedos, agresiones reprimidas, culpa, etc.
«Aquellos problemas que no te animes a enfrentar cara a cara conscientemente, actuarán en tu sombra deformando y produciendo efectos destructivos sobre las personas que te rodean»
Dirigir es un arte que exige un esfuerzo continuo de autoconocimiento y derección de uno mismo que trae claridad a nuestra vida y contribuye a iluminar la vida de los demás.
¡Abrazos al corazón!
Alex Vales – Facilitador de Talleres Conversacionales en las Organizaciones.