Los Abridores de Puertas (del alma)

Hace ya muchos años «DON ARTURO» me preguntó: ¿Alex, a qué se dedica usted? y en aquel entonces le respondí que era estudiante de Biología y me dedicaba a «Cultivar» plantas aromáticas, medicinales y condimenticias…, a lo cual él me dijo:

Usted es un ABRIDOR de PUERTAS.

Desde entonces y durante muchos años me resonaron sus palabras en mi mente sin entender a qué se había referido al llamarme así.

Con el paso de los años comencé a reconocerlos, a encontrarlos, a tratar con ellos; sutilmente me han ido abriendo varias puertas y hoy mis sentidos se han agudizado y empiezo a descubrirlos cerca, por todos lados, con llaves en la mano, tan dispuestos, tan “invitacionales” que derriban mis «resistencias» y me ayudan a ENTRAR en aquellos mundos internos… tan inexplorados, tan vastos, tan secretos, tan misteriosos…

Si bien todos nos hemos cruzado con al menos uno en nuestras vidas, los abridores de puertas no suelen reconocerse fácilmente. Uno debe encontrarse con ellos abiertamente, cara a cara, aún cuando sea posible nunca haberlos conocido o visto antes.

Los abridores de puertas ejercen su valioso oficio muchas veces sin saberlo. Ellos pueden tomar varias formas, a veces tienen Nombre y Apellido. Camuflados para salvar al más “encerrado” de todos, para tomarlo por sorpresa y sin defensas; se disfrazan de maestro, de poeta, de amigo, de cantante y de muchas cosas mas. Cuando uno los descubre, ya es tarde, ya han abierto alguna puerta. A uno solo le queda entrar, dar un paso al frente. «Oportuno» es una palabra que define muy bien a los “abridores de puertas”, está en su naturaleza.

Los abridores de puertas se esconden en canciones, en poemas, en un atardecer frente a la playa, en la cima de una montaña. A veces un amigo cercano que acompaña, otras un “desconocido/conocido” que ilumina con palabras de su historia, o de su arte… A veces un mail de esos luminosos y clarificadores, otras una palabra escrita en una pared. Un encuentro sorpresa, algún recuerdo, una charla profunda que desconoce fronteras. Una foto, una flor, un aroma, una caricia, una imagen plasmada en las palabras. Una soledad serena, un dolor que desarma, alguna bronca….

¡Abrazos al corazón!
Alex Vales